De todos es conocida la noche de San Juan; esa noche de celebración y de fiesta en la que las personas cenan jocosamente rodeando una hoguera, piden deseos quemándolos en ella y luego las saltan sabe Dios para
qué... Una noche que se sitúa mentalmente por casi todos en Alicante, aunque se olvida que también se celebra en muchos otros países del mundo, como Portugal, Reino Unido o Suecia.
Digo que me gusta dejar de lado la realidad, porque lo que se ve en esta noche en el mundo que vivimos no es sino a gente emborrachándose y poniénd
ose de todo hasta arriba; por supuesto que no todo el mundo va con esas intenciones, pero lo que está claro es que una noche que debería ser mágica está destinada a

convertirse en un auténtico basurero por los deshechos que dejan las personas en las playas y que convierten a éstas en una auténtica pocilga. No les culpo por celebrar algo cuyos orígenes ignoran por completo (casi todos lo hacemos) y, por supuesto, está bien pasárselo bien, valga la redundancia, pero siempre con un poco de respeto a la naturaleza.
Sin liarme más con el asunto de suciedad, me gustaría recordar que esta fiesta nació hace ya unos 5000 años, por lo que no se puede considerar una fiesta rigurosamente religiosa, puesto que se mezcla misteriosamente con la noche del solsticio de verano (21 de junio).
Los antiguos celebraban esa noche encendiendo hogueras y arduos fuegos con el objetivo de reclamar al sol su calor, puesto que a partir del 21 de junio, los días se van haciendo más cortos progresivamente. Bailaban y saltaban alrededor del fuego pidiendo que sus cosechas creciesen sanas y el sol les amparase en los meses venideros.
Como bien decía antes, me gusta quedarme con la leyenda de estas fiestas, con los cuentos surreales que a casi todos nos ha gustado escuchar alguna vez.

Dicen que en los solsticios (ya sea de verano, 21 de junio, o de invierno, 21 de diciembre), se abren de par en par las magestuosas puertas que conducen a mundos maravillosos, a dimensiones insospechadas, a tierras desconocidas y mágicas. Se dice que en los campos, la luz de la luna acompaña el bailar de las hadas y que, si estás atento y en silencio, puedes ver la silueta de los dragones, acompañadas de gruñidos elocuentes, surcar los cielos camino de las estrellas, que los esperan con los brazos abiertos; son noches que dejan al descubierto la belleza mágica que hoy en día carece el planeta. Hermosas ninfas andan sueltas entre los árboles, buscando a algún mortal para alegrarle la noche; tesoros encantados y ocultos salen a la luz para que algún pobre mortal deje de ser al menos pobre, y las estrellas fugaces esperan sonrientes a que pienses tu deseo, con el deseo de que se cumpla.
Si todo esto no es más emocionante y bonito que la realidad, que venga Dios y lo vea.
Y lo sé, puedes pensar que estoy loco escribiendo todo esto, pero yo pienso que más loco estás tú si no te permites el capricho de ilusionarte, mirar al cielo estrellado e imaginar un mundo como este, aunque sólo sea por dos noches al año.
Lo de "No te acostarás sin saber algo más" viene que ni pintado en esta entrada, eh! jejeje Me ha gustado el toque místico al final, algo a lo Íker Jiménez xD
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