Piénsalo bien, eh. No vale cualquier respuesta, ni la típica que ya estás cansado de oír, como aquello de "ser feliz", o "apuntarme al gimnasio", sin incluir en muchos casos el hecho de ir, o "dejar de fumar".
Todos sabemos que no será así.
Probablemente, te apuntes al gimnasio, sí, pero al tercer día, cuando vayas y, entre el olor inmundo y pestilente de miles de axilas y lo que no son axilas precisamente, veas a gente mucho mejor que tú, mucho más musculada y mucho más en forma, que harán de ti un monigote insignificante y fláccido, incapaz de subir ni siquiera los dos escalones que separan el gimnasio de la calle. Verás que tu cuerpo no puede someterse ni al movimiento bamboleante de tu torpe andar, y, decepcionado, más que resignado, volverás a casa, con la mochila de Adidas (o Dadodas, si frecuentas el mercadillo, lo que hace más cómico tu retorno al hogar), debiendo hacer frente al papel que supone decirle a tus padres que los 40 euros del mes de gimnasio han tenido el mismo efecto que el viaje a Malta para "aprender inglés" o contratar Internet en casa para "hacer trabajos del insti".
Probablemente, dejarás de meterte con tu hermana/o durante... ¿unos quince minutos?, pensando que eso te hará mejor persona, o no tocarás los huevos a tus padres para que te den dinero para salir (a gastártelo en alcohol, golfo/a) durante un par de días, creyendo tener controlada la situación y creando una sensación de bienestar que va a durar lo que dura una tarta en la ventana de Falete.
Probablemente, habrás dejado de fumar... durante las campanadas que dan paso al año nuevo, y luego habrás seguido jodiendo tu cuerpo, tus pulmones y tu sonrisa, cuyos dientes van tintándose, cual ventanilla de coche tunning, a un precioso color amarillento muy parecido a la cromática que tiene aquello que veo nada más despertarme. Pero seguirás con la misma sonrisa de completo inútil, gastándote 4 euros diarios en cajetillas de cigarrillos, firmando, poco a poco, una sentencia de muerte mientras otras personas se ríen, desde arriba, en sus despachos, de tu falta de neuronas, la cual provoca su enriquecimiento abusivo.
Probablemente, creerás que "el amor de tu vida" estará al caer, que el 2012 debe ser tu año en ese aspecto, sin pensar que, ni estando en The Walking Dead, te comerías un rosco, porque no te mordería ni un zombie. Es más, tú los perseguirías a ellos.
Y, probablemente, pienses que llevo razón. Le darás la razón a un tonto que no tiene ni idea de la vida, que sólo se sienta enfrente de su ordenador a escribir payasadas, y ahí está el error.
Lo que yo diga, lo que él diga, lo que ellos digan, da igual. No deberías proponerte nada para este año, sino para toda tu vida.
Si quieres dejar de fumar, hazlo, no te lo propongas.
Si quieres encontrar a tu chico/a ideal, no lo busques; no consiste en rastrear cual perro en celo, sino estar preparado para cuando la ocasión se presente.
Si quieres ser mejor persona, empieza por buscar tu camino, mirando a los lados de vez en cuando, SÓLO por si alguien necesita tu ayuda, no para criticar o para desprestigiar.
Si quieres ser feliz... busca en cada momento, cada segundo, cada instante, esa mota de belleza, ese detalle que te provoque una leve sonrisa, esa luz escondida que hace que la oscuridad sólo sea una minúscula fuerza incapaz de borrar tu determinación. Todo debería tener su lado bueno...
Y, si no lo tiene, invéntalo.
Feliz 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario